Emperadores desnudos
Como en cualquier subcultura, en la del BDSM no faltan quienes se creen «iluminados»
De quereres y otras reflexiones
Como en cualquier subcultura, en la del BDSM no faltan quienes se creen «iluminados»
A los Doms. se les reconoce legitimidad para serlo por dos razones alternativas, que equivalen a lo que en el ordenamiento jurídico-moral romano se denominaban «potestas» y «auctorĭtas», una de ambas
Personas que no han podido pasar de cabos chusqueros en su mili -esto es una metáfora, ya me entendéis- y que se inventan un personaje todo virtud en nuestro microcosmos. El estado de su autoestima lo necesita
Richard von Krafft-Ebing, Sigmund Freud y Havelock Ellis en su estudio del fenómeno sadomasoquista, según Thomas S. Weinberg y G.W. Levi Kamel
Os voy a contar la metáfora de las pastillas roja y azul que Morpheo le ofrece a Neo en Matrix, y la relación que la veo con el mítico río Lethes. Y con el BDSM.
Lo habitual, acentuándose en el BDSM, es que los hombres prefieran mujeres, como tales adultas, más jóvenes que ellos (aunque, ¡ojo!, la juventud acaso tiene muchísimo de actitud, independientemente de la edad), aunque sean cada vez menos quienes lo admitan por ser otra de las condiciones que se pueden utilizar, y sucede, para acusar de machismo, aunque tenga explicación científica, y por lo tanto demostrable.
Cuando una mujer aparece por primera vez en algún ambiente preexistente de sexualidad alternativa, ya sea en las pujantes redes sociales, ya sea en persona, no faltan hombres que tienen a bien manifestarle más o menos elaboradamente su gran interés sexual por ella. Sea donde sea tiene una explicación científica.
El BDSM son prácticas, susceptibles del corto plazo, pero también es la relación estable en que aquellas suelen desembocar, cuando se dan determinadas circunstancias entre las que es esencial la intervención de neurotransmisores como principalmente la dopamina y además la norepinefrina o noradrenalina.
La primera y principal divulgadora de la importancia de la segregación de la dopamina en las relaciones sexuadas es la antropóloga y bióloga Dra. Helen E. Fisher, sobre lo que en 2004 escribió en su imprescindible «Por qué amamos». Su lectura es reveladora de la relevancia de dicho neurotransmisor en las prácticas bedeesemeras.
Las subculturas, al tratar de reproducir a su pequeña escala los sistemas de poder supuestamente perfeccionados -recordemos que reivindican sus propias utopías-, también se dotan de un sistema de resolución de conflictos para aplicar su concepto de justicia, de la que no puede sustraerse quien forme parte de la subcultura.
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